En un entorno de crisis económica como el que vivimos actualmente en Europa, la exportación se ha convertido en la tabla de salvación para muchas empresas grandes, medianas y pequeñas. Quizás las empresas relacionadas con la ingeniería han sido las que mejor han sabido aprovechar su talento y ventajas competitivas para crecer en el exterior. Los países emergentes y el desarrollo de nuevas grandes potencias como China, Brasil o Turquía se han convertido en destino de numerosas ingenierías que se han volcado en la exportación de sus productos y servicios.
Antes de nada, hacer una serie de consideraciones que debe tener presente todo empresario que vaya a exportar, ya que la selección y preparación del producto o servicio requiere no solamente el conocimiento del producto sino el mercado al que va destinado.
Aunque la situación económica actual de nuestro país no sea favorable, los expertos nos indican que las empresas que se dediquen a la exportación deben sortear una serie de obstáculos para que así sus productos se transformen en un negocio rentable.
En el momento de tener que optar por un mercado no es una tarea fácil, ya que hay que tener en cuenta que cada uno de ellos va tener sus particularidades.
A continuación damos una serie de claves a tener en cuenta a la hora de exportar:
– Elegir el país: en este caso hay que adelantarse a los potenciales riegos que allí se pueden encontrar, su estabilidad política, económica, relaciones económicas y diplomáticas con otros países, divisas, niveles de deuda soberana y por su puesto su capacidad de pago.
– Centrarse en el comprador: centrarse en compañías que lleven al menos dos años operando y de las que se pueda conocer tanto su comportamiento de pagos como su posición financiera, etc.
– Adaptación del producto: en la actividad exportadora puede ser necesario realizar alguna modificación del producto, puede ser debido a gustos del consumidor, situación geográfica, condiciones climáticas, también `puede ser necesario cambiar el packaging.
– Diseño del producto: en los mercados internacionales en la llamada globalización, existe una batalla por captar clientes que requiere el uso de todas las herramientas posibles, principalmente la creatividad y la eficiencia.
– Imagen del producto: Una vez que ya tenemos el diseño «formal» del producto, es importante tener en cuenta una serie de elementos para complementarlo. Prácticamente es imposible comercializar, un producto que no tenga definidos aquellos elementos que lo identifiquen, protejan e informen de sus características y ventajas. Podemos decir que la marca de un producto se podría comparar con el apellido que identifica a los miembros de una familia.
– Garantía: el sistema de garantía depende del tipo de exportación que se vaya a realizar, este tema es fundamental resolverlo con el importador.
– Documentación y registros necesarios para la operación: es muy importante el realizar las órdenes de pago correspondientes, identificando al comprador, su dirección, teléfonos y contactos. Así como obtener un recibo.
– Definir las formas de pago de las mercancías: el plazo que se da para el pago desde la llegada del producto, el documento de pago y las comisiones en caso de tratarse de una intermediación.
– Protección: nadie está a salvo que ocurra un imprevisto con la contraparte debido a reclamos por calidad, quiebras, fraudes, etc. Por eso es muy importante protegerse de un eventual impago.
Uno de los aliados de las ingenierías que se han lanzado a la aventura de exportar ha sido el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), organismo público que apoya y asesora a aquellas empresas que quieren exportar. Una de las líneas más útiles del ICEX para empresas de ingeniería es el apoyo que ofrece para que estas empresas acudan a licitaciones internacionales. En suma, la exportación y la internacionalización de cada vez más empresas de ingeniería es una realidad empujada por la situación económica y también por el proceso de globalización de la economía.