Si recorremos la historia de la ciencia podemos observar como en la mayoría de los descubrimientos y avances científicos son los hombres los protagonistas. En realidad, las mujeres han jugado un papel muy importante en la ciencia durante siglos pero el trabajo desarrollado por estas no ha tenido la misma difusión e influencia. Por esta razón, es muy importante que las mujeres tengan referentes femeninos en la ciencia para tomar conciencia de la verdadera historia y de la importancia de participar en ella. La ciencia sí es cosa de mujeres.
Mujeres científicas que han hecho historia, como Caroline Lucretia Herschel (descubridora de Urano), Inge Lehmann (descubridora de lo que hay realmente en el centro de la Tierra), Grace Hopper (inventora del lenguaje informático COBOL), María Teresa Toral (quien unió ciencia y arte del mismo modo magistral) o Maria Sibylla Merian (creadora de la primera clasificación ilustrada de insectos de la historia) ponen de manifiesto la importancia de la mujer en la ciencia. En esta historia también hay espacio para mujeres ingenieras como Emily Roebling (ingeniera jefe del Puente de Brooklyn), Hedy Lamarr (inventó un sistema de comunicaciones de control remoto), Margaret Hamilton (desarrolladora de un software para la navegación de las naves apolo) o Ellen Swallow Richards (pionera en el estudio de la ingeniería ambiental con sus estudios sobre la calidad del aire y de las aguas).
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia es un símbolo de reconocimiento de la gran importancia del papel de la mujer en el mundo científico. Este día fue proclamado en el 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, fijando la fecha del 11 de febrero de cada año para su celebración. Este día busca la igualdad de género en la ciencia y poner en valor la importancia de las mujeres en el ámbito científico.
El estudio y el desarrollo profesional en los campos de las matemáticas, tecnologías, ingenierías y ciencias ha tenido tradicionalmente una representación muy baja de las mujeres profesionales. Estos estudios, conocidos también por sus siglas en inglés como STEM (Science, Technology, Engineering & Mathematics) son imprescindibles para el desarrollo y el avance científico y tecnológico del mundo, por lo que las mujeres no pueden ser ajenas a participar de estos logros. A día de hoy, todavía se puede observar esta desigualdad en las aulas de las escuelas técnicas de las universidades, donde las mujeres son minoría en la mayor parte de los estudios técnicos. Desde la ingeniería han nacido iniciativas similares a este día como el Proyecto Mujer e Ingeniería, promovido por la Real Academia de Ingeniería.
Las niñas y jóvenes tienen que huir de los estereotipos y de los prejuicios y sentirse capaces de todo. Ellas tienen la oportunidad de valorar el apasionante mundo de la ciencia y de la tecnología y poder participar en sus investigaciones y avances, siendo realmente protagonistas de gran parte de los revolucionarios cambios que va transformar a la sociedad en los próximos cien años.