Mientras que en el continente americano, Larry Nichols y Frank Fox comenzaron a desarrollar cada uno por su cuenta dos rompecabezas compuestos por piezas rotables, que posteriormente patentaron, Ernö Rubik se encontraba planeando lo que, con los años, se convertiría en uno de los juegos de ingenio más famosos del mundo.
Ernö Rubik, antes de convertirse en el creador del Cubo de Rubik, era un profesor de arquitectura que ejercía su profesión en Budapest. En ocasiones solía obsesionarse con las dimensiones de las figuras geométricas y en cómo podría reproducirlas en 3D sin que la forma se distorsionase.
Según cuenta la leyenda, Rubik caminaba por el Danubio cuando cayó en la cuenta de que, si todas las figuras creadas giraban sobre un único centro de forma redondeada, todas las piezas podrían moverse de manera libre y casi caótica sin que, en este caso, el cubo se deformase.
Gracias a esto, comenzó la construcción de su primer prototipo, el cual estaba formado por 21 cubos de pequeño tamaño, colocados unos junto a otros.
Es más, durante su primer periodo, Rubik utilizaba este cubo como elemento de ayuda para los alumnos de sus clases de arquitectura. Creía que con ellos podían entender de forma correcta los conceptos de espacio, movilidad y formas 3D.
Sin embargo, esto no duró mucho porque, al poco de usarlo, cuando trató de devolverlo a su forma original, se dio cuenta de lo que realmente había construido: un rompecabezas (y ya sabemos que de los difíciles).
Finalmente, en el año 1974 consiguió crear el cubo e intentó comercializarlo en Hungría, donde pasó desapercibido.
Hasta que llegó, Tior Laczi,un amante de los números y la lógica y encontró uno de los primeros cubos de Rubik existentes por aquella época en una cafetería y se quedó tan fascinado que acabó comprándolo.
Interesado, se informó y acabó conociendo a Ernö Rubik, generando así la posibilidad de que ambos se asociasen y sacasen juntos a diferentes ferias el llamado, por entonces, cubo mágico.
En poco tiempo, la compañía de juguetes Ideal Toy Corp decidió comprar la idea y fabricar más de un millón de ejemplares bajo el nombre de Cubo de Rubik.
A partir de 1980, el Cubo de Rubik alcanzó tanto éxito que comenzó a adquirirse en varias jugueterías de toda Europa con la intención de que la mayoría de niños y adultos del continente pudiesen disfrutar de su sistema.
Actualmente, todos hemos tenido y visto un Cubo de Rubik alguna vez y es curioso observar cómo algo que se diseñó para mantener figuras geométricas en 3D sin riesgo a que perdiesen su forma original, se ha convertido en uno de los rompecabezas más complejos y accesibles en la vida de cualquier persona.