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Jorge Próspero de Verboom, fundador del Real Cuerpo de Ingenieros

Muchas de las personas que se empiezan a adentrar en el mundo de la ingeniería no conocen la importancia ni la gran historia que hay detrás de la ingeniería militar.

Para los que no habían escuchado este concepto, cabe indicar que existe una rama dentro del sector de la ingeniería que se encarga de dar cobertura en combate y en actividades logísticas a los ejércitos mediante el sistema MCP. Gracias a este sistema, cuyas siglas provienen de movilidad, contramovilidad y protección, pueden construirse elementos que facilitan el transporte de salida y entrada a un lugar (puentes, zonas minadas, etc.).

Sin embargo, en este artículo nos centraremos en los orígenes de la ingeniería militar en España y en una figura capital para su desarrollo: la del ingeniero Jorge Próspero de Verboom.

Debido a su gran dedicación y profesionalidad como ingeniero militar, De Verboom fue convocado a regresar a la península ibérica (se encontraba en los Países Bajos, ocupando el cargo que su padre dejó vacante a su muerte) por el propio rey, con la finalidad de nombrarle encargado de organizar lo que se conocería como el Real Cuerpo de Ingenieros Militares de España. Mediante Real Decreto de 13 de enero de 1710, Felipe V nombró ingeniero general a Jorge Próspero de Verboom, quien, meses después, constituiría el Cuerpo de los Ingenieros, el antecedente del ahora conocido como Arma de Ingenieros. Dicha organización se componía de diferentes categorías, que iban desde el ingeniero general hasta el designador. El rey aprobó finalmente esta nueva organización el 17 de abril de ese mismo año.

Pese a encontrarse en una época en la que abundaban los conflictos bélicos debido a la situación política, con las consiguientes vicisitudes que debían afrontar los ingenieros militares, De Verboom consiguió focalizar todas sus fuerzas en mejorar la calidad de la labor de estos dentro del sector militar, con la creación del nuevo cuerpo.

Gracias a De Verboom, aumentó el número de ingenieros que entraron en el Ejército, tanto de origen nacional como procedentes de otros países. Asimismo, evolucionaron las técnicas defensivas y de ataque, y se fueron adquiriendo conocimientos que se pusieron en práctica, exitosamente, en conflictos como la toma de Mesina, en el año 1718.

Debido a la experiencia adquirida por haber tratado con diferentes militares procedentes de ejércitos europeos, Jorge Próspero de Verboom consiguió organizar un sistema de reconocimientos y formación cuyo fin era enseñar a los ingenieros a mejorar y a que dieran lo mejor de sí mismos.

Todas estas actuaciones derivaron en una nueva meta: la reapertura de la Real Academia Militar de Matemáticas y Fortificación, ubicada en Barcelona, para conseguir que todos los ingenieros que pertenecieran al cuerpo tuviesen la oportunidad de formarse debidamente, con la adquisición de todos los conocimientos necesarios.

De Verboom construyó la ciudadela de Barcelona y la de la Seo de Urgel, reformó el castillo de Montjuïc y la fortaleza de San Fernando, en Figueras. También actuó fuera de Cataluña y, en 1725, comenzó a trabajar como inspector de edificios y fortificaciones. En esta época proyectó distintas infraestructuras, de gran robustez, que pudieran ser útiles al servicio militar, como el arsenal de la ciudadela de Barcelona.

En definitiva, Jorge Próspero de Verboom fue una figura muy destacada, no solo en el ámbito militar. Gracias a sus construcciones, planteamientos e ideas, se avanzó notablemente en el sector de la ingeniería en su época.

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