Hay quien dice que en campos como la ingeniería solo han destacado hombres. Esa afirmación implicaría un gran desconocimiento de la historia de la ingeniería, además de una ignorancia supina. Es por ello que vamos a hablar de ingenieras. De mujeres que dedicaron su vida a mejorar la de los demás, al desarrollo de la ciencia y al progreso en general, aunque no hayan recibido el reconocimiento que se merecen.
Emily Roebling (1843-1903)
Esta estadounidense fue la primera mujer en ocupar un puesto de ingeniero jefe y no en una obra cualquiera, sino en la construcción del puente de Brooklyn. Su marido, Washington Roebling, fue designado el primer ingeniero, pero un accidente en un cajón de cimentación, le causó descompresión y le apartó de la obra, ocupando Emily su lugar. Además, esta pionera supervisaba diariamente el avance de la construcción, tarea que le llevó catorce años hasta la inauguración del puente en 1883. Cabe destacar que la formación de Emily Roebling comenzó siendo autodidacta hasta convertirse en una experta en materias como la resistencia de los materiales, la construcción de cables de acero y el cálculo y análisis de tensiones.
Hedy Lamarr (1914-2000)
La vida de Hedy Lamarr podría asemejarse a la de Mata Hari. Nacida en Viena, en el seno de una familia judía, Lamarr vivó la II Guerra Mundial como espía al servicio de los Estados Unidos, pasando información sobre los nazis. Además, fue actriz de cine mudo y participó en nada menos que 34 películas (varias de ellas en Hollywood).
Pero el mayor legado de Hedy Lamarr fue en el campo de la ingeniería. Patentó y desarrollo un sistema de comunicaciones de control remoto, que es la base de tecnologías como las redes Wifi y el Bluetooth.
Margaret Hamilton (1936)
Pocos acontecimientos han supuesto un hito en la historia como la llegada del hombre a la luna. La consecución de esta hazaña se la debemos, en gran parte, a Margaret Hamilton. Esta matemática e ingeniera de sistemas fue la artífice del desarrollo del software necesario para la navegación y pilotaje de las naves Apolo. Posteriormente, participó también en la supervisión y dirección de la estación espacial Skylab. Otro de sus campos de estudio fue la aplicación del radar para seguir la trayectoria de naves desconocidas. A su faceta científica hemos de sumarle su faceta docente en el MIT y su experiencia como emprendedora, fundando Hamilton Technologies INC.
Ellen Swallow Richards (1842-1911)
Esta ingeniera química fue una de las primeras en interesarse por la “higiene ambiental”, lo que sería el germen de las ciencias ecológicas. Pero, para ello, tuvo que enfrentarse a todos los obstáculos posibles. En aquella época, las mujeres tenían restringido el acceso a la universidad, y más en el campo de las ciencias naturales. Swallow Richards se costeó sus estudios trabajando como maestra o limpiando casas, además de ayudar a sus padres en el negocio familiar.
A los 25 años consiguió acceder al Vassar College, uno de los pocos centros educativos superiores que permitían mujeres. Allí estudió astronomía y química, lo que le llevó a proseguir su vida académica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Sus principales hallazgos están relacionados con el estudio de la calidad de las aguas y del aire y su lucha por la igualdad entre sexos permitió que muchas mujeres pudiesen acceder a un laboratorio o emprender una ingeniería.