Hemos oído hablar muchas veces, y con insistencia, de la cuesta de enero. Una época complicada a nivel ahorrativo, con muchos gastos tras las vacaciones de invierno: reuniones familiares, la lucha contra el frío, viajes…
Pero no solo existe esta. Hay otro momento del año en el que también hacemos frente a desafíos similares, y que puede parecer el antagonista de la de invierno. Se trata de la cuesta de septiembre.
No tan conocida como la de enero, pero no deja de ser una cuesta
Aunque no se oiga hablar tanto de la cuesta de septiembre, es importante tenerla en cuenta. En especial, tomar consideración de ella a nivel ahorrativo puede resultarnos de gran ayuda. Se sitúa tras las vacaciones de verano, y todos los gastos que estas comportan.
Durante la época estival encontramos unos gastos habituales: comidas, trayectos a la playa, a la montaña, compras para fiestas, entre otras. Pero también se suelen incluir viajes, actividades para los niños, lo que resulta más costoso.
Todo esto afecta en el regreso a la rutina, y con este, hay que sumarle los gastos propios de la vuelta al cole y el día a día del hogar.
Unos efectos que se pueden reducir
Con la vuelta al cole, y la rutina, también podemos aprovechar para replantear en qué se va el dinero y definir nuevos propósitos para mejorar nuestra salud financiera.
Es indispensable organizar los gastos y prever las necesidades que tendremos que cubrir. Para ello, podemos seguir algunos consejos:
- Elaborar un plan de gastos
Esto sería como organizar una lista de la compra con todo aquello que necesitamos realmente. Además, no salirse de esta en la medida de lo posible nos evitará caer en gastos puntuales y superfluos. La adquisición de productos que no necesitamos puede disparar nuestros gastos de forma llamativa.
- Buscar ofertas y promociones
Comparar precios puede suponer una gran ventaja en el momento de hacer nuestras compras. Por eso, es importante tomarnos nuestro tiempo para hacerlo bien. Muchos comercios ofrecen, a lo largo de todo el año, ofertas y promociones en sus productos.
- Ahorrar energía
En este mes del año, las horas de sol duran hasta tarde. Por ello, ahorrar en luz es una buena idea, así como aprovechar las ventajas de la ventilación al máximo para evitar gastos de calefacción.
- Pagar a plazos
Además de evitar comprar productos superfluos, adquirir aquellos que son necesarios mediante cuotas periódicas cada vez es más común. Esto puede ser muy útil para evitar gastar grandes cantidades de dinero en poco tiempo. No obstante, hay que tener muy presente el momento en que deberemos realizar los pagos y estar preparados para ese gasto.